lunes, 28 de octubre de 2013

Fornicar una sirena

El tema trans me pone pansexual, pero sobre todo horny. Dese que recuerdo siempre me gustaron la sirenas. Recuerdo ser muy pequeña y ver incesantemente La Sirenita. Ese mundo lleno de colores con seres que no eran completamente peces ni humanos, entes mitológicos en apariencia asexuados, me intrigaba.

Me gustan las sirenas. Y los sirenos especialmente si tienen barba. Creo que sería genial coger con uno o una o une... Recuerdo haberme hecho de más chica esta pregunta ¿cómo se coge una a una sirena? ¿cómo cogen las sirenas? Y cuando diga sirena asuman que es sirena, sireno, sirene, sirenu, me da igual...

Tenía muchos años sin hacerme estas preguntas, y justo ayer se me vinieron a la mente de nuevo. Pienso que hay varias cosas que me atraen de las sirenas. Para empezar los colores irreales de sus largas cabelleras flotantes (aunque no estaría nada mal tampoco una sirena rapada a lo Natalie Portman...) me encanta de las sirenas que siempre tienen el torso desnudo, y es que creo que lo único que debería estar prohibido en esta vida son las camisas. Pero sobre todo me atrae de las sirenas y me fascina la ambigüedad de sus cuerpos.

Que en un cuerpo conviva la fusión de dos especies, que esté atravesado por dos territorios y tenga características de seres marinos y terrestres... me hace erotizar estos cuerpos. Que en lugar de tener entre las piernas un sexo, como nosotrxs -que por cierto ha sido la causa de que se nos asigne una identidad de género desde el momento en el que se nos vio la vulva o el meneito en el ultrasonido- que en lugar de piernas coronadas por un sexo haya una cola, una única extremidad que comience en las caderas y termine en una hermosa cola tornasol. Me provoca.

Y del ombligo para arriba gente, lo que ustedes quieran... pechos bien torneados y cintura, pectorales fuertes y velludos, o una tupida barba que termine en el asomo de unos pechos redondos de pezones erectos. Tetas con pelos o sin ellos, brazos delgados o gruesos, cabellos blancos o castaños, rostros perforados o sin perforar, aunque puedo decirles que la lengua perforada siempre es bien...

La combinación me mata. Y no puedo evitar pensar en ello. Antes sin embargo la pregunta me quedaba sin respuesta. ¿Cómo cogerse a una sirena? La deformación de la educación sexual que recibí en la escuela y en la calle me hacía pensar sólo en una sexualidad genitalizada. Es decir, que sin vulva ni pene o hueco del culo no se puede coger.

Pero entonces me descubrí lesbiana, me acerqué a la exploración de otras zonas erógenas en el sexo con mujeres varias y variadas, y con hombres, porque algunas lesbianas también cogemos con hombres.
Pensar ahora en cogerme a una sirena no es un problema a resolver, es una fantasía a realizar. Tocar esos cuerpos que se resisten a dejarse nombrar por la presencia de sus genitales, que se oponen a ir en detrimiento de su placer y se entregan a la exploración de sí y les otres.

Entonces cogerme a una sirena puede tener múltiples comienzos y medios e infinidad de desenlaces con o sin orgasmos genitales. Podría por ejemplo acariciar sus tetas, porque amo las tetas, y besar una boca compacta rodeada de tupida barba mientras siento en mis muslos la cola fría y resbalosa humedecer mi entrepierna para olvidar mi sexo y sólo sentirlo.


Quiero fornicar con una sirena. Tengo ganas de darnos orgasmos de pezón erecto, de lóbulo de oreja inflamado y enardecido, de blasfemia y gemido, de espalda mordida y rodeada por mis brazos... orgasmos cerebrales que nos desciendan por la columna vertebral de pez sirena.