martes, 27 de septiembre de 2011

La gente cambia

Curiosamente, a veces las personas que nos inducen a pensar de cierta manera o que nos inspiran a buscar cierto tipo de conocimiento cambian de repente todas sus convicciones o simplemente se aburen de ellas, de tal manera que se queda uno sosteniendo y dando vida una herencia, continuando un legado que ya no existe.

Y también es curioso como de repente suele importar tan poco que estas personas inspiradoras hayan dejado de ser un modelo, que hayan abandonado el camino que una vez nos instaron a seguir.

Recientemente me pasó con un amigo muy querido, al cual le debo el hecho de ser vegetariana y mi interés por la cultura hindú, la meditación y el camino del yoga. Y pues bueno, este amigo se comió una hamburguesa un día de estos, así como quien se come un brócoli. Y ya no está meditando, parece que se cansó y dice ya no estar interesado en eso.

Tomé la noticia como lo que era, una noticia, sin asombro, sin juzgar, sin querer tampoco intervenir ni hacerlo cambiar de parecer. Tampoco afectó eso en lo más mínimo lo que pienso de las temáticas antes expuestas, al contrario, me sentí muy tranquila escuchando eso pero a la vez muy satisfecha y agradecida de lo que me había heredado.

Lo cierto es que no todos necesitamos las mismas cosas, ni todo lo que nos es útil hoy nos será útil mañana. Y después de todo, la gente cambia y evoluciona a diferente ritmo y por distintos caminos, y es importante mantenerse en movimiento, cambiar, crecer, aunque a veces pueda parecer un retroceso. Y ese replanteamiento de los ideales, esa búsqueda constante a veces disfrazada de no-búsqueda, me parece que es lo que hace la vida hermosa.

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