Hoy estuve pensando que sería muy lindo tener alguien que me escribiera de vez en cuando un poema, una carta... Así como tantas veces yo he regalado versos cargados de mí. Me gustaría que alguien me amara también con versos, que no es lo mismo que amar con palabras.
Tuve una pareja que pintaba, pero no pintaba. Una vez me hizo un cuadro, y creo que fue lo único que pintó en dos años, salvo una vez que me pintó las caderas y la espalda. Era un hombre que tenía la capacidad de pintar, las ganas de pintar, incluso creo que a veces tuvo la inspiración para pintar, pero no pintaba...
Este mismo hombre me escribió dos veces, dos cuentos hermosos que atesoro con amor y nostalgia, me amó en verso y en prosa, y la mayoría de veces con cuerpo y verbo, que no es lo mismo que palabra.
Me considero en ese sentido afortunada y malagradecida, pues en vez de ver las cosas que me daba me fijaba en las dedicatorias que no escribía.
Tú tampoco me amaste tres...
ResponderEliminarSé que soy aquel punto infinito, inacabado soplo en el espacio… a veces nada.
A jirones he tenido en mis brazos a quien no he sabido amar. Por ello sólo te he pintado uno y no tres. Tres serían para siempre. Mas sólo te amé una vez.
En este encierro enorme, de hombre que tengo...palabras apenas como pequeños puentes me atraviesan hacia todas tus mujeres. Y me compadezco al pensar que has tenido que caminar a mi lado, siendo yo una ausencia perfecta de ti en mí, siendo yo tantos hombres y ninguno para amarte.
Si a mis labios acudió un te quiero alguna vez, fue porque te amé, desde tan adentro que no parecía amor, lo sé. Porque no comprendes el cautiverio de mi mismo.
Y tú, a pesar de todas tus mujeres… ni siquiera sabes si me amaste, o simplemente te amaste a través. Pero no importa. Me he aprendido ya todos tus silencios. Tú tampoco me amaste tres.